domingo, 7 de agosto de 2011

TALLER DE AUTOCONOCIMIENTO


VIVENCIANDO LA CARTA NATAL

EN FUSION CON

CONSTELACIONES FAMILIARES


Por: Sandra Mariana Iglesias

Astro analista.

INTRODUCCIÓN

La idea de “Vivenciar la Carta Natal”, salva la postura intelectual, que mayormente queda improductiva en el diálogo –o monólogo?- de quien la traduce (la Carta).

Este taller, comencé a desarrollarlo de manera espontánea con el público que participaba de mis conferencias de Astrología, allá por el 2004 en el “Yogashala”, Cbba. – Bolivia. Esta “dramatización” no fue copia de nadie; surgió de mi y fue debido a la observación de la falta de conocimiento –en general- de la gente de nuestro entorno cósmico.

Y a medida que jugábamos a representar el sistema solar, el ir tomando conciencia del orden de los planetas, sus ritmos, movimientos, velocidades, es que fue surgiendo la necesidad de mostrar, cómo cualquier segundo podía estar influenciando nuestra existencia: por ejemplo, el nacimiento de alguien y cómo así quedaba representada una “Carta Natal” para nosotros (me refiero: para nuestro punto de vista, desde nuestro planeta Tierra).

Paulatinamente, fui acentuando cada vez, algún aspecto característico de los pilares básicos de la Astrología: signos, astros, casas, aspectos; puesto que representaban indicadores de tensiones o de conflictos, para las diferentes personas.

Fue por ese entonces, que conocí a Carmen, que llegaba a Cochabamba a emprender esta comprometida tarea de la sanación del Alma…

Ambas participamos e interactuamos entre nuestros talleres, observando que: entre las “Constelaciones familiares” y “las estelares”: no existen diferencias esenciales!

Porque nos une como principio fundamental la ley del Amor. El Universo es amor, porque está regido por la fuerza –entre otras- de “cohesión”.

Esta fuerza “de gravedad”, es la que “precipita” hacia el mundo de las formas, a todas y cada una de las ideas divinas, trayéndolas hacia su manifestación en el plano material, aquí en nuestro planeta Tierra. Esta fuerza es magnética: el amor brinda cohesión a los átomos que componen una determinada estructura para que permanezcan unidos. De lo contrario, si rechazáramos “un átomo” de la estructura, la misma entraría en caos!

Por lo tanto, ambas constelaciones: “familiares” y “estelares”, se encargan de señalar las partes de un todo que no aceptamos, que rechazamos. Y ambas, muestran el camino de integración, a través del reconocimiento.

Ambas dramatizaciones señalan “la herida del Alma”(el átomo rechazado!) motivo por el cual, reencarnamos una y otra vez.

La única diferencia entre ambas, es que la astrológica: sólo muestra, y despertará a la conciencia del consultante, si es que hubiere interés. Mientras que la segunda, además de mostrar: sana!, porque asiste a la integración.

EL TALLER

La idea del taller de Astrología “Vivenciando la Carta Natal”, consiste en disponer a cada participante en el lugar de cada planeta, según indica la Carta Natal del “consultante”.

Luego, situar a la persona /consultante, en la ubicación del planeta Tierra, que es nuestro primer punto de partida. Puesto que la Tierra vendría a representar nuestra mirada subjetiva: el “Yo”, el ombligo del mundo; el Ego.

De esta manera, la persona puede apreciar por sí misma, la propia conformación astral a través de la cual encarnó, vale decir: a la combinación energética a través de la cual está sujeta: que conforma determinados patrones de emocionalidad, corporalidad, de pensamiento, determinadas capacidades o discapacidades conscientes e inconcientes.

Como es el Ego quien acepta o discrimina dicha conformación estelar (o corporal, o atómica!), mi idea consistía en desplazar luego al consultante hacia el lugar del Sol, ya que el mismo es la representación del Espíritu: la consciencia de luz, de actitud impersonal, que todo lo abarca, acepta, integra…

Obviamente, al cambiar la ubicación, cambia el enfoque, cambian las distancias, las relaciones energéticas: vale decir: los ángulos de distancia planetarios, ya no son desde la Tierra – Ego como punto de partida, sino desde el Sol- Ser Superior.

Mientras que la fuerza fundamental de la Tierra es de gravedad, la del Sol es “electro-magnética”: atrae e irradia.

Por lo tanto, esta práctica despierta a la inteligencia a la cual también estamos aptos: estoy dentro de esta estructura (apego) pero a la vez, tampoco “soy eso” (desapego). “Puedo cambiar la forma de relacionarme con ella”. Y el amor: reconocimiento, aceptación, integración, hace el puente de la liberación: “desapego”: es amor en libertad, fusión de las fuerzas “electro-magnéticas”.

Sin embargo, para mi sorpresa, quedó de manifiesto a través de todas las representaciones, que hay un “paso previo” al desplazamiento hacia el Sol.

Aquí fue cuando intervino Carmen, aportando con su talento y destreza de “consteladora”, habilitando a que la propia configuración astral tome vida por sí misma!

Cada “persona/ astro”, tenía la libertad de desplazarse hacia donde lo sintiera más conveniente! –o necesario…!-

RESULTADOS

Entonces, observamos que por ejemplo, un “Venus afligido por Saturno” (traducido: la ubicación de nacimiento de Venus en ángulo de distancia de tensión, con Saturno en relación a la Tierra), que produce bloqueo afectivo, por karma afectivo (relaciones conflictivas con la afectividad a lo largo de las vidas), se acercaban y abrazaban… derritiendo el hielo- distancia que sólo cristaliza el pensamiento, la creencia, a través de tantas existencias!

Una “Luna caotizada por Plutón” (Luna en ángulo de tensión con Plutón), que representa emociones extremas de rechazo, soledad, desprotección: una madre internalizada que nos rechazó, tenían la oportunidad de aproximarse, reconocerse, y en un llanto –pero por esta vez-: liberarse…

Hubo quien también, tuvo la oportunidad de “abrazar a su Chiron”, o sea: asumir la encarnación y dejar de una vez de eternizarse en la victimización, aunque no quiso, al menos lo vio.

Los participantes del taller, presentaban combinaciones astrológicas en común como:

a) Lunas en Capricornio, Escorpio y Piscis. (Mayoría)

b) Lunas relacionadas con Urano, Neptuno

c) Varios “stelliums”: alineación de planetas (más de 3) en la misma constelación (signo)

a) La Luna representa el principio de lo femenino, la fecundidad, gestación, parto, nutrición, nuestra madre internalizada; nuestro humor, sentimiento, nuestra protección.

En “Capricornio” representa madres duras; distantes, con dificultad de expresar el afecto. Culposas.

En “Escorpio”, madres manipuladoras; de negación o auto engaño, chantaje emocional.

En “Piscis”, representa madres sufridas, sacrificadas, víctimas. Culposas.

b) Luna relacionada con Urano: madre distante, inconexa, fría, dificultad para expresar el afecto. Indiferencia.

Con Neptuno: de negación; no reconocimiento, auto engaño. Madre sacrificada, sufrida y víctima.

c) Los “stelliums” representan capacidades especiales que posee el individuo, pero por eso de estar todos juntos alineados, hay dificultad de reconocimiento, de distinción de las diferentes fuerzas que se juegan. La persona no es consciente del valor y herramientas que posee, generalmente vive en caos, y necesita que sus relaciones le muestren lo que él /ella es. Por eso hay dificultad en los vínculos.

Estar dentro del propio esquema astral facilita la observación, y la posibilidad de expresar la aceptación o el rechazo de ciertos aspectos. En especial de “eso” que se observa como “negativo” en los demás –especialmente en las parejas- y la sorpresa de encontrarlo en uno mismo!

Aquí la mano terapeuta de Carmen asistió en la comprensión de que uno puede relacionarse de una manera ya no tan “egocéntrica” y de victimización, sino más impersonal, que “ésta forma a través de la cual encarné, me pertenece, por los actos cometidos en encarnaciones pasadas de manera muy inconciente: pero ahora puedo elegir de manera conciente la opción de direccionar la energía de una forma creativa.”

El comentario general de los participantes, fue de asombro y de gratitud, porque les gustó vivenciarse dentro de su propia “ruta del Alma”, porque han podido captar con mayor facilidad aspectos que sólo son descriptivos en una lectura. Como así también, sumamente agradecidos por la posibilidad misma de la sanación.

CONCLUSION

Entonces, comprendo, que si bien nuestro camino es “el Sol”, el mismo lleva un proceso de maduración : emocional, mental y luego espiritual.

Si bien mi intensión siempre fue la de colaborar con la ascensión de la conciencia espiritual de la humanidad, a través de la mirada cósmica, vislumbré que indefectiblemente existen los tiempos(*)

Pero también sé, según entiendo, que la teoría de la relatividad de Einstein, demostró que el tiempo y el espacio son una pareja, y el tiempo sólo puede ser afectado por el espacio.

Yo así concibo que “el espacio” es el escenario por el cual el movimiento o tiempo, transcurre.

Entonces, el tiempo y el espacio, son una relación que se repite en nuestras existencias automáticamente.

Prestar atención al entorno, al espacio que nos rodea, hará que tengamos la posibilidad de cambiarlo: por ejemplo: en nuestra conciencia: otra forma de relacionarse con él: en integración.

El tiempo hará lo suyo espontáneamente, pero de seguro: se acelerará. Y la aceleración sabemos que lleva a la materia a una frecuencia de vibración más sutil. Este proceso disuelve al karma, con lo cual: nuestra posibilidad de dejar de repetir compulsivamente lo infructuoso.

Finalmente, el taller evidenció algo que había escrito intuitivamente en el aún ensayo de mi libro “Hacia un cielo profundo”: la transición de la “vida topo-céntrica” hacia la “helio-céntrica”; transcurso por el cual es necesario que sucedan dos cosas:

Integrar polaridades y

octavar el nivel de consciencia de cada función planetaria:

El cuerpo mental - al mental superior

El cuerpo emocional – al emocional superior

El espiritual – al espiritual superior

(*) Y también mencioné que el proceso de “Integrar polaridades” es necesariamente saludable, hacerlo de la mano de una terapia.

De aquí que el aporte de las “Constelaciones Familiares” fue, y es, un complemento de sumo valor.

Concluyo en que, el camino al Sol, al Ser Superior que llevamos dentro: no sólo es posible sino que la vida se convierte en lo que es:

¡¡MA RA VI LLO SA!!

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¡¡GRACIAS!!

Cuando era muy joven, y estudiaba con tanta pasión Astrología, fui soñando la idea de que pudiese compartir este conocimiento con la Psicología (bueno, allá por los `80!!), porque sentía que ambas visiones se complementan mutuamente. Pero no sabía cómo, ni con quién: pero sabía que “algún día” iba a llegar…

¡¡Y llegó!!, aquí, en esta hermosa Bolivia de espiritualidad, amor y reconocimiento de su hermosa Tierra, del Sol, y de todos los elementos que nos componen… ¡qué mayor bendición para un astrólogo!

Querida Carmen, tú me has abierto con tanta entrega, desapego y amor tu puerta de las posibilidades, de la fe, de las visiones, de los sueños… y es por todo eso que te estoy humildemente (porque en verdad no hay palabras que expresen mi emoción) y doblemente agradecida!

¡Dios te bendiga!

Sandra.