jueves, 15 de diciembre de 2011

AL DESPEDIR EL AÑO



En este tiempo cronos de la tercera dimensión, vuelve a terminar un año, 365 días de intensidad y muy profundos cambios a nivel interno y planetario.

En los inicios, hace exactamente 8 años, escuchar de Constelaciones Familiares eran tan nuevo para ustedes como era nuevo para mi el descubrir, palpar y vivenciar el Tao. Lo había leído…

El Tao que pueda ser expresado
No es el Tao eterno.

El Nombre que puede ser pronunciado,
No es el Nombre Eterno.

El principio del cielo y la tierra se hallan en el “No Ser”.
El “Ser” es la madre de todas las cosas”

Por eso la dirección al “No Ser”,
lleva a la contemplación de la maravillosa esencia.

La dirección al “Ser”, lleva a la contemplación
del mundo de las formas.

Ambos son idénticos en el origen,
Y sólo se diferencian en el nombre.

En su unidad son un misterio,
Y son la puerta de la que surgen todos los milagros.


… algo resonaba en mi como conocido, pero hasta vivenciar las Constelaciones no lo había tocado.

Estamos rodeados de un No Ser que lo contiene todo, sereno y en movimiento, contiene lo realizado y todas las posibilidades, nos mueve, se hace carne en nosotros, se expresa en la materia y nos sopla para recordarlo…

Las constelaciones y sus movimientos son el inicio, la punta del ovillo, no solo para desenredar la madeja de nuestros conflictos familiares, sino y principalmente para conducirnos a la esencia, donde todo ES, donde no hay conflicto, sino dicha de Ser, de experimentarse en este cuerpo humano, con sus sentimientos, sus dichas, sus dolores, para trascender al recordar esa esencia y vibrar con ese gozo de este No Ser que se recrea permanentemente en una gran carcajada cósmica.

Les agradezco profundamente el acompañamiento, cada uno de ustedes con sus casos, con sus vidas, son una pincelada en este gran cuadro cósmico que pintamos todos juntos y que se va iluminando al inicio de esta nueva era.

Agradezco profundamente a Bert Hellinger que fue tocado y acariciado por la esencia, que pudo como el mejor guerrero mostrarnos un viejo saber olvidado, que pudo sistematizarlo y transmitirlo; agradezco a Tiiu Bolzman mi maestra que trajo a Sud América esta herramienta y a todos los que me han ayudado a recordar.

Agradezco todos los días a la madre que nos contiene, nos sostiene y alimenta, al padre sol que nos ilumina y nos recuerda que somos soles, agradezco a todas mis experiencias, las fáciles y las difíciles que me hacen andar este camino de saberme humana, viva y al servicio.

Que en este último tiempo navideño, se conecten con el silencio que precede al amanecer, agradeciendo profundamente la vida que viene a través de sus padres, agradeciendo a aquél que les ofendió, a aquél que ofendieron, agradeciendo todos sus encuentros que han posibilitado esta persona que hoy son. Son las últimas horas del amanecer galáctico, recibámoslo con júbilo, soñando esta nueva era uniendo la dualidad.

Namasté!

María del Carmen Romero