lunes, 10 de mayo de 2010
¿Por qué un taller para mujeres?
Este es un taller que hasta el momento se dirigío solamente a mujeres, pues mi experiencia en las constelaciones y a lo largo de mi vida es que las mujeres tenemos vivencias en común que no queremos, o no podemos compartir en público. Pueden ser vivencias muy dolorosas y solitarias como: incestos, abusos sexuales, violaciones, abortos, violencia doméstica, infertilidades o incapacidad para embarazarnos, todas éstas vivencias vividas en soledad o que nos avergüenzan mucho.
Estas vivencias dolorosas, dejan su huella no solamente en el alma, sino en el cuerpo y tienen luego una consecuencia en nuestra vida, en el disfrute del cuerpo, en nuestra maternidad, en nuestra vivencia de la sexualidad y la plenitud de la expresión de afectos.
En un taller de mujeres también rompemos el mito de que en general las mujeres somos rivales o poco confiables entre nosotras y rescatamos la gran capacidad que tenemos de escucha y contención mútua.
Al ser el varón el protagonista principal de la agresión lo traíamos al taller solamente con la representación cuando es necesario ponerlo, al representarlo la mujer tiene la oportunidad de sentirlo, de comprenderlo a un nivel muy profundo pues se coloca en el lugar del agresor.
Si bien en el taller se aplican los principales conceptos y metodología de las constelaciones, éste trabajo va más allá, nos contactamos con nuestra divinidad, con la sabiduría interna, con la parte sana que sabe lo que la otra necesita. Nos empoderamos buscando nuestras partes más fuertes y recordamos que somos luz.
Un taller de Mujeres es una larga sesión de sanación, de profundo contacto con nosotras, con las partes nuestras disgregadas o perdidas por traumas o vivencias dolorosas y de empoderamiento al recuperar nuestra fuerza.
Acompañamos la sesión con música, cantos, visualizaciones.
Tiene como ventaja que no se explicita problemática alguna, pues ni la consultante, ni la terapeuta sabemos en qué etapa se quedó, o cuál de sus vivencias afectó qué partes. Es un reencuentro con las etapas vividas, de recuperación de nuestra niña interior, de nuestra mujer, de reintegración de nuestra alma. De este taller salimos más completas, más amorosas con nosotras mismas.
Se trabaja en una rueda donde participan todas vivenciando el caso y siendo parte activa de la sanación.
Antes no trabajé con varones, sería muy útil experimentar qué pasa en un taller mixto con hombres que están en evolución y dispuestos a sanar sus partes.
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