jueves, 27 de diciembre de 2012

Al despedir la vieja Era



Esta es una oportunidad para desearnos paz, amor y un prospero año nuevo. Para mi, es una gran oportunidad para mirar atrás a todos los que me hacen, a todo lo vivido en este año y reconocer la riqueza de las personas y las experiencias con las que me he topado a lo largo de este intenso 2012.

No soy sin ustedes, no soy quien soy sin las experiencias que vivencio cada día. Como profesional no podría avanzar si ustedes no me abrieran como lo hacen, las puertas de su alma. Agradezco profundamente esa apertura, la confianza para permitirme entrar en sus vidas, en sus dolores y en sus potencialidades; cuando juntos experimentamos el trabajo, ese viaje acompañado que hacemos hacia las profundidades me devuelven algo de mi, porque ustedes con sus casos interpretan partes mías, como individuos humanos reflejo del otro, pues Somos gracias a que el otro existe y nos puede reflejar.

Comparto con ustedes la certeza de que somos un solo cuerpo como humanidad, que estamos en un gran momento como especie, dirigiendo juntos, de manera consciente, nuestra evolución. Las constelaciones y todas las nuevas terapias orientadas al alma, nos hablan de lo mismo. Somos uno, al sanar uno sanamos todos, al despertar y evolucionar uno, lo hacemos todos. Nos enseñan que como humanidad estamos atravesando un momento supremo, dejando atrás la dualidad que ha caracterizado la antigua era. Estas técnicas que sacan a la superficie lo velado, lo oculto, lo difícil de nombrar, nos muestran este gran momento. La vieja humanidad se muere y van quedando atrás sus antiguos códigos de exclusión, de secretos, de odio y separación, porque sabemos que aquello que excluimos o no reconocemos se vuelve síntoma, dolor o guerra.

El nuevo tiempo nos dice: es tiempo de vibrar y vivir desde el corazón. A la mente que hasta ahora nos ha sido útil, le hemos conferido más valor del que tiene, hoy, podemos ponerla al servicio, pues somos una especie pensante que puede usar el don al servicio del universo y los otros seres. Ahora es tiempo del corazón, de la claridad, de la comunicación y de sabernos una parte del Gran Todo. Es tiempo de trabajar juntos para lograr, un solo pensamiento, un solo corazón!

Felices y prósperos próximos años!

Namaste!

Maria del Carmen Romero A.